Las etapas de duelo ante la ruptura de una relación amorosa
Aunque en la mayoría de los casos las relaciones amorosas terminan porque es el paso necesario y es lo mejor para ambos, la realidad es que nunca es un proceso sencillo. Una ruptura siempre implica dolor, sin importar quién de los dos sea el que decide poner fin a la relación.
Ya que el término de una relación es una pérdida, las etapas por las que las personas pasan son prácticamente las mismas que se siguen en el proceso de duelo ante la muerte de un ser querido.
Así, ambas personas suelen tener etapas de negación, ira y tristeza, para después llegar a la aceptación y poder continuar con su camino, e incluso preparar su corazón para volver a enamorarse.
Aunque las etapas son básicamente las mismas para todos, algunos pueden saltarse unas, repetir otras o vivirlas en distinto orden; asimismo, el tiempo que dura cada etapa y el tiempo que toma llegar a la aceptación varía de persona a persona, además, depende de la duración de la relación, del nivel de apego en la pareja, de qué tanto se involucraron y comprometieron y de las cosas que compartieron.
De acuerdo con especialistas en relaciones de pareja, en general el proceso suele tomar un promedio de dos meses en los noviazgos, aunque en las relaciones más largas y con un nivel de compromiso mayor, como es el caso de los divorcios en matrimonios que llevan años juntos o la separación de parejas que han vivido juntas por un tiempo, el proceso suele ser más tardado.
Además, un factor importante en el proceso de duelo es dónde estaba la relación en el momento de la ruptura. ¿Todo parecía estar bien y de pronto uno decidió ponerle fin? ¿O era claro que la relación se deterioraba cada vez más?
Puede parecer más fácil superarlo si ambos lo vieron venir, pero puede llevar más tiempo si fue algo inesperado; igual que ante la muerte, que es más fácil de digerir cuando un ser querido enferma o envejece y el momento del adiós se tiene presente, que cuando una persona sana o joven muere repentinamente.
Etapas de una ruptura
Conmoción
Esta etapa la vive sobre todo la persona que no vio venir que su relación terminaría. Se caracteriza por el intento de racionalizarlo y por sentir una gran necesidad de comprender qué salió mal. Es una etapa con mucho dolor y muy centrada en el “por qué”.
Negación
La conmoción y la negación están estrechamente relacionadas. Al tratar de comprender por qué sucedió la ruptura, las personas se mueven hacia la negación, donde llegan a su mente todo tipo de cosas que su pareja hizo o dijo y que indicaban que su relación continuaría. La negación puede implicar tratar de convencerte a ti mismo de que tu pareja no lo decía en serio o de que cambiará de opinión y regresará contigo.
Negociación
Esta es la etapa que puede llevar a una “recaída”, es decir, buscar a tu ex o volver si te busca. En un intento por evitar el dolor de la ruptura, las personas pueden comenzar a negociar, consigo mismas o con su ex; suelen pensar en situaciones hipotéticas de cómo todo pudo ser mejor y en muchos casos, habrá quienes estén dispuestos a aguantar cosas que antes no toleraban, con tal de retomar la relación. Por eso hay tantas parejas que terminan y regresan una y otra vez, antes de separarse definitivamente, y por eso lo más recomendable es mantener la distancia y evitar el contacto en esta etapa.
Ira
Después de pasar por la conmoción, la negación y la negociación, la realidad de la ruptura comenzará a establecerse. Entonces, al caer de lleno en la realidad, las personas pueden llegar a enojarse mucho por lo que sucedió y por cómo se dio (por las razones de la ruptura, un engaño, errores propios o de la pareja, lo inesperado de la ruptura, etcétera). Además, la ira suele ser una emoción que surge antes de enfrentar emociones más profundas, como dolor, decepción, tristeza, impotencia, etcétera.
Tristeza y dolor
A medida que la ira comienza a disiparse, comenzará el verdadero proceso de duelo. En este punto, es cuando aceptas lentamente la realidad de que ocurrió la ruptura y te das cuenta de todo lo que se rompió junto con esa relación: planes futuros, amigos y seres queridos mutuos, o cualquier otra cosa que hayan compartido. Esto puede provocar sentimientos de tristeza profunda, vacío y apatía. También pueden aparecer cosas como la duda y la desesperación, así como la soledad y el abandono.
Esta es una etapa particularmente difícil de atravesar, pero la buena noticia es que cuando comienzas a procesar esos sentimientos de tristeza y dolor, es cuando puedes comenzar a sanar y seguir adelante. Aquí es importante buscar el apoyo de tus amigos y seres queridos, así como priorizar tus propias necesidades y no dejar de lado tu cuidado personal. Si esta parte del proceso te resulta muy abrumadora, está bien y es sano y recomendable que busques el apoyo de un profesional, sea psicólogo, psiquiatra o terapeuta.
Aceptación
Es cuando la luz al final del túnel por fin está a la vista. Cuando empieces a aceptar la ruptura sin dolor, las cosas comenzarán a sentirse más positivas e incluso puedes comenzar a reconocer que la vida sigue después de esa relación, sin importar qué tan larga o significativa haya sido.
Es importante tener en cuenta que la aceptación no siempre es definitiva, hay para quienes el proceso puede volverse cíclico, sobre todo cuando esa aceptación no es genuina sino sólo superficial. Así que es posible que aun cuando sientas que ya lo has superado, recaigas en alguna de las etapas anteriores y vuelvas a sentir ira, tristeza, desconcierto o a querer negociar para regresar.
Seguir adelante
Sabes que has llegado al punto de poder seguir adelante cuando experimentas una verdadera desconexión de esa persona. Eres capaz de desviar tu atención de la relación y de esa persona para enfocarte en ti mismo, tus propias necesidades y tu propia autoestima.
Te darás cuenta de que has llegado a la aceptación real y al momento de seguir adelante cuando por fin eres capaz de soltar a esa persona, cuando te desconectas mental y emocionalmente de ella, cuando dejas de estar al pendiente de lo que hace o con quién está, cuando ya no revisas más sus redes sociales, y cuando dejas a un lado el rencor para desearle un buen camino y continuar en paz con el tuyo.
Es aquí cuando eres capaz de pensar en ti sin hacerlo en función de tu ex, y es cuando puedes ver nuevos comienzos, tienes nuevas esperanzas y te sientes capaz de salir de nuevo en busca del amor, o bien, de disfrutar de una etapa en soltería sin sentirte solo.
Sé consciente de que sanar toma tiempo y sé compasivo contigo mismo en ese proceso. Reconoce y acepta todas tus emociones sin juzgarlas, para poder procesarlas y dejar que fluyan.
Share this content:
Publicar comentario